domingo, 2 de diciembre de 2007

SIDA? No, gracias

Empezó diciembre, y empezó con una muy buena causa. Ayer, uno de diciembre, se celebró el día internacional de la lucha contra el sida; que se conmemora desde hace unos veinte años cuando se advirtió el vertiginoso crecimiento del número de afectados por éste mal; y se escogió ésta fecha por que en un día como éste del año 1981, se registró el primer caso conocido. (Ojalá hoy se conociera el último de todos)

El sida es uno de esos grandes puntos a resolver en la humanidad si queremos mantenernos un par de milenios más sobre éste pedacito de tierra húmeda con forma ahuevada que se llama Tierra. A la fecha ha apagado unas treinta millones de vidas (algo así como la mitad de toda la población de Colombia) y sigue en acción. Las campañas educativas referentes al tema no han podido contener éste fenómeno (Al parecer el hambre puede mas que cualquier otra cosa) aunque no por eso debamos decir que sean inútiles. Admiro, por ejemplo, lo que ha venido haciendo el gobierno de Brasil para frenar la propagación del SIDA en su país, donde se atiende casi la tercera parte de las personas tratadas en el mundo por ésta enfermedad, ellos han instalado dispensadores de condones en las escuelas públicas, para jóvenes mayores a 13 años. No hay razón para escandalizarse, tampoco hay razones para pensar que se está induciendo a la población al sexo o a la promiscuidad desde temprana edad, simplemente por un hecho; no hace falta una campaña explícita para promover el sexo desde la preadolescencia, eso ya es una realidad. En Cartagena éste año también se distribuyeron unos cinco mil condones, con su respectiva información en los principales sitios turísticos, pese a la alaraca y show de los grupos tradicionalistas presentes en la ciudad.

Tan sólo quiero entonces poner mi granito de arena, unirme a esta causa global para ver si podemos de alguna forma reducirle el exponente a ésta ecuación de crecimiento constante. Roguemos también para que una mente brillante encuentre pronto una cura. Y como les decía en un capítulo anterior (aunque con otro propósito)… Por favor usen gorro, forrito, látex, paraguas o como sea que le quieran llamar al popularísmo CONDÓN.

Vuelvan pronto.

sábado, 10 de noviembre de 2007

Mejores tiempos vendrán

Los temblores periódicos tienden a desplomar grandes estructuras y las goteras siempre llenarán incluso al tanque más grande; la verdad no me considero ni una gran estructura ni un tanque muy grande, pero ya estoy al borde del colapso. Por octava vez estoy atravesando unos últimos días de semestre en la Universidad, asfixiantes y despreciables como solo ellos pueden. No me han dado tiempo ni de redactar todas las locuras que pasan por mi cabeza (y he tenido una lluvia de locuras estos días), que frustración. Quién sabe si algún día las desempolve y ponga por aquí, o si su falta de vigencia las haga morir ineludiblemente.

Eso de ver el amanecer a través de la ventana de un laboratorio de automatización industrial… no tiene nada de bonito, debe ser como ver un arcoíris negro, como comprar rosas a la entrada de un cementerio. Lo que me consuela es una visita técnica que tenemos la próxima semana a Cali, espero poder distraerme, olvidar por un momento el tablero de fondo, y algunos otros problemitas que hacen mella en la triste motobomba de mi sangre. A mi regreso me espera un intenso vacacional, del que mejor no me expreso todavía. No veo la hora de acabar ya con todo esto, de irme a mi casa de vacaciones, de darle reset a mi cabeza, para ver si aguanto el trajín de un último semestre académico.

Recuerdo que cuando pequeño, mi papá siempre me decía “mejores tiempos vendrán Pepe Feyo”, pues la espera se ha hecho eterna, y aunque algunas cosas hoy sean diferentes, hay otras que siempre serán la misma…

miércoles, 24 de octubre de 2007

Clase de Mier... coles, Una tragedia escrita en tiempo real

Han pasado solo quince minutos desde que empezó la clase, asumo que el sueño que tengo se debe a la hora, 7:15am, y a mi terrible hábito de no dormir antes la una de la mañana, vestigio de semestres anteriores en los que debía amanecer estudiando (un estudio 20% eficaz si se hacía en grupo, 21% eficaz si lo hacia solo).

El reloj se ha movido otro cuarto de hora, noto que no me encuentro solo en éste letargo, a mi alrededor abundan las caras inexpresivas, sobresale la silueta regordeta de mi profesora, y a su lado unas diapositivas proyectadas; va por la 23 de 118, me pregunto si habrá hecho alguna maestría en técnicas de aburrimiento y desesperación; concentro mis pensamientos en el repicar de un pierna vecina.

7:50am, cada vez hay más miradas perdidas, más párpados caídos; una niña sale al baño y por dentro le agradezco el haberle dado un punto de movimiento a esta clase; la puerta suena al abrir y al cerrar, es casi una risa burlona.

Ya el reloj marca diez minutos después de las ocho, hace tiempo dejé de escuchar lo que decía la docente, parece que hablara en un idioma extraño, en cámara lenta, un imparable ‘bla bla bla’ sin acentos; empiezo a desesperarme, o a darme cuenta de que lo estoy.

Son las ocho y media, siento pena por la profesora, ya mis compañeros se han descarado y duermen plácidos sobre sus pupitres; aparento estar pendiente de la clase, mi cabeza asiente de vez en cuando, pero mis ojos me delatan, y un bostezo que sale urgido por mi nariz; caigo en cuenta de que la niña del baño nunca regresó, no tenia cara de diarrea, mas bien tenia cara de fuga; el sol ya entra decido por las ventanas.

Falta un cuarto de hora para acabar con la agonía, algunos se despiertan, se estiran y se desperezan de forma poco sutil, aumentan mi vergüenza; creo estar esperando un campanazo o un timbre, viejas costumbres colegiales, pero sólo dependemos de la voluntad de mi docente; gira su muñeca y afina su mirada, con la otra mano sujeta el reloj como si se fuera a escapar, y finalmente, como por gracia divina, dice ‘bueno, dejemos así por hoy’, nada había sonado tan claro. Es como si de repente nos hubieran soltado de unas cadenas; no queda más que huir tan pronto como sea posible, ir en busca de cafeína, de sensaciones que reactiven a nuestro entumecido cuerpo.

A mis antiguos lectores, gracias por acompañarme una vez mas. A los nuevos, bienvenidos, y sigan que en fondo hay puestos.

Hoy en día afortunadamente hay maneras de pasar el rato en clase, en momentos de desesperación en los que no se puede revisar el celular, siempre es útil acudir a los siempre confiables juegos de lapiz y papel para pasar inadvertido y encontrar un poco de diversión.

martes, 16 de octubre de 2007

DesBlog Reloaded

A veces es bueno cambiarle de orden al cuarto, abrir las ventanas y airear nuestro ambiente, sacudir el closet, prender un incienso y comprar un afiche. Al menos resulta para combatir un poco la monotonía. Por eso hoy les cambio un poquito la cara de éste blog, DesBlog Reloaded, como pa que no se me aburran, como pa no aburrirme, como pa ver hasta donde llegamos en este invento loco de mi Blog.

miércoles, 10 de octubre de 2007

Y ya van diez

Un año es muy corto; sus tres letras no nos permiten desperdicios de tiempo, aunque finalmente encontramos la forma de hacerlo. A éste que va corriendo, ya se le quemaron un par de letras, apenas hoy me di cuenta que vamos en el mes 10 de los 12, parece que ya no pude hacer algunas cosas que pretendía ésta docena de meses, sin embargo hice otras que no estaban en mi agenda y de las que recibí grandes experiencias, buenas o malas, pero experiencias que me servirán de manual de bolsillo para el futuro.

Sin embargo no podemos decir desde ya ‘apague y vámonos’ todavía queda un cachito de año, quizá lo que quede sea ese copetico que tiene sobre la ‘n’ y que lo diferencia de otra palabra un poco indecorosa, pero queda alguito y toca sacarle el jugo a ese rizo ( ̃ ) para hacer cuanto podamos y no tengamos que anexar nuevamente unos objetivos repasados y repasados a la lista del siguiente año.

Yo por mi lado creo que tendré que llevarme las panderetas a la universidad, nos anexaron una materia al pensum que ahora me toca ver en un vacacional que termina el 20 de diciembre, si, que tristeza, y yo tan lejos de mi casa, y ‘pa rematar’ sólo, porque para ese entonces todos mis roommates ya habrán regresado a sus tierritas para compartir con sus familias; es una pena, pero prefiero no amargarme desde tan temprano, llegará el día y entonces mi post de Olafo.

Muchos ya se resignaron a que lo que no hicieron ya no se pudo, ‘esa platica se perdió’, dicen. Pero por mi lado creo que todavía se pueden conseguir algunas cosas, quizá no acabemos con la contaminación mundial, o con la parapolítica que al parecer es más difícil, pero sí se pueden sacar adelante algunos proyecticos que nos dejen un leve pero definido sabor dulce en los labios, quizá lo consigas con pintar las viejas y arañadas paredes de tu cuarto, o arreglar la pobre y prisionera bicicleta que se encuentra amarrada en el garaje (para usarla, que aunque parece obvio, no sobra decirlo), o simplemente echarle ganas a esa materia que parece perdida y tratar de levantarla así sea con grúa.

Acepten mi consejo, no se echen tan temprano a la pena, disfruten ese último sorbo de su jugo preferido, esa última cucharada de postre anual, quizá descubran por accidente, el ingrediente secreto de ese manjar.

Gracias por la visita, y que vuelvan pronto.

(Foto de peter del profile shotmeshotyou de flickr)

lunes, 8 de octubre de 2007

Doña Rebajona, 50% OFF, ¡SALE!

Finalmente he podido darle un valor aproximado a aquella vieja expresión: “Cuesta un ojo de la cara” (Aunque todavía le falta descubrir a mi mente puritana, por qué especifican que el ojo es el de la cara). El costo que he determinado es un millón ochocientos mil pesos, o bueno, al menos eso dice mi Seguro de Accidentes Personales Escolares, que me entregan cada semestre en la universidad. Lo cierto es que resulta un poco chocante recibir ese pequeño papel (que siempre debes cargar) donde se especifica cual menú, el precio, o el desembolso que ellos realizan de acuerdo a la tragedia que ponga en desmejora tu integridad física, es una lista corta pero cruel como ninguna, que ellos titulan ‘coberturas’ (de repente me siento leyendo las opciones para cubrir un browny: chocolate, arequipe, crema…)

Lo mas aterrador es ver que en caso de un accidente fatal solo aportan quinientos mil tristes y devaluados pesos para efectos funerarios (con lo caro que sale morirse en éste país, eso no alcanza ni pa la cuota inicial); en la lista también figuran, desmembraciones, discapacidad total y permanente, entre otras situaciones poco deseables. Y lo otro me llama la atención en exceso es la nota aclaratoria del final: “En caso de accidente utilizar los servicios de las clínicas o médicos de la Red tal. Para mayor información… La verdad es que resulta como difícil asegurar que en caso de una desmembración te vayas tranquilamente a buscar en la guía telefónica una clínica que haga parte de la red de ésta empresa aseguradora. También me desconcierta saber que a los estudiantes que hacen parte de las selecciones deportivas o culturales de la universidad les darían casi que el doble de lo me darían a mi en esos pequeños percances señalados en la lista. Es decir, si a ellos algo les cuesta un ojo de la cara, ¡a mi me cuesta los dos!!

No pretendía simplemente quejarme… pero finalmente fue lo que hice. Si quieren, olviden Post.

Cambio y fuera

sábado, 29 de septiembre de 2007

Malparidez Existencial



Las ratas me dan asco, y las arañas hasta me gustan. La altura despierta mis sentidos, y la oscuridad los agudiza. Pero una fobia a algún animal o situación particular, creo no tenerla, o bueno, de hecho debo admitir que sí existe una situación que me produce pánico y en la que detesto estar, se trata de cuando me entra la pensadera absurda, ese puto karma cerebral.


Ese que tengo ahora y que no se quita con una ducha, ese que te sorprende a la mitad de una canción que nunca te habías puesto a analizar, ese que deshabilita incluso a las funciones motoras y nos deja postrados en un terreno estéril que se llama soledad, y del que mejor no les sigo contando, no sea que esta vaina se pegue vía blog; y lo último que me faltaría es ser el causante de un cataclismo de este tipo, aunque con el número de gente que revisa éste chuzo, no pasaría de ser un par de casos aislados de profunda y avanzada malparidez existencial.




martes, 25 de septiembre de 2007

Epidemia, Moda, Coincidencia y Déficit de Condones


Hace apenas una semana que Natalia, una amiga muy cercana, me dijera que está embarazada, me tomó por sorpresa, pero al cabo de un par suspiros lo pude asimilar y le di un abrazo de esos que nacen en la nuca y se sienten en el pecho; seguramente ésta circunstancia no estaba en sus planes a corto plazo, sin embargo hay hechos en la vida que simplemente ocurren, y debemos afrontarlos con la mejor de las disposiciones, más aun cuando se trata de un regalo divino como un hijo. Me siento contento por ella, y por su nueva familia.

Hoy, Marta Angélica, otra de esas amigas de las que sabes que nunca te vas a librar :D , llega y me dice que está embarazada. Vivimos en ciudades diferentes y nuestra conversación fue por Messenger, Times New Roman en ocasiones resulta muy frio y la verdad no le creí. Le dije: “si fuera cierto ya te hubieran echado de la casa”… Efectivamente ya se había ido con sus ‘chiros’ para donde Tonny, el padre de la criatura y a quien también estimo mucho. Ésta vez si me hiperventilé, ya es el segundo ataque al órgano maquinador del futuro en éstos pocos días. A ella no la puedo abrazar en éste momento, pero sabe que cuenta con todo mi apoyo ahora y siempre.


Si se trata de un virus o el último grito de la moda, no lo sé. Si ha sido mera coincidencia o hay déficit de condones en el país por éstos días, tampoco lo sé; pero lo que queda claro es que el devenir es sorpresivo, y que nuestras vidas pueden cambiar ‘de la noche a la mañana’ (o en unos cincuenta minutos, pero probablemente entre la noche y la mañana) o de cualquier otra forma, pero siempre estamos ávidos al cambio. No dejo de pensar en que nos estamos volviendo viejos, que la vida se pone cada vez más real, y que lo queramos o no, ya llegará nuestro turno de enfrentar los retos que traiga el futuro. Por ahora vayan a la droguería mas cercana y abarrótense de muchos condones, de colores, formas y sabores, que de momento no hay mas plata pa sobrinos y ‘beibichauers’

Nos vemos en el próximo capítulo, y como dice la última de las embarazadas.... Saludos por allá y besos al chiquito.

viernes, 21 de septiembre de 2007

Del fin de semana y otras conspiraciones

El ‘wiken’, el ‘fincho’, o como quieran llamarlo, ha vuelto una vez mas, y yo no estaba preparado. Me cogió por sorpresa, limpio como de costumbre pero tan desprogramado como siempre; una vez más me resignaré a verlo pasar, con su juernes precoz, su viernes aventurero, su sábado engreído, y su domingo enguayabado.


Los más atrevidos se entregan a los placeres del fin de semana desde el jueves, espontáneos y decididos arman rumba desde temprano, provocan a todo el mundo, sobre todo a esos que no se arriesgan a llegar al día siguiente con ‘la gafa’, la aspirina, y el agua, a sus lugares de trabajo o estudio. Otros más convencionales, pero igual de ansiosos de recibir al fin de semana como a toda una celebridad, se pierden en la noche joven del viernes, abandonan sus oficinas y aulas de clase afanados, desesperados, y dispuestos a todo para abandonar y olvidar de momento el trajín de la semana. Algunos repiten, otros no, pero a la noche del sábado no le falta gente, la euforia es gratis por la calle, las luces parecen brillar más, y el cielo se ve más oscuro, más maduro. Finalmente llega el triste y aburrido domingo, que subraya el inicio de una nueva semana, carga las secuelas dejadas por los días previos, guayabos acumulados, lagunas mentales, y un par de arrepentimientos obsoletos, que afortunadamente se neutralizan con los rezos y plegarias de cientos de abuelitas incansables que visitan cada domingo, templos e iglesias. La historia semanal vuelve a empezar con el lunes antipático, el martes monótono y el miércoles de locos, hasta repetir las travesuras del único final más extenso que el resto del resto de la obra, los últimos 4 de los 7 días de la semana.


Cabe resaltar que no falta el descarado que no respeta días, que en su calendario la semana empieza en luernes, y sigue en la misma tónica todo el septenario. Así como otros aburridos que no festejan ni por la muerte de un obispo (y no es que eso se deba festejar, es que así dice el adagio popular). Pero como les decía, yo de momento me quedaré en casa, acompañado de mis roommates y mi PC; viendo como el fincho nos distrae mientras que el resto de la próxima semana conspira para darnos con todas sus fuerzas ahí, entre las piernas.

martes, 18 de septiembre de 2007

$eptiembre!

Las circunstancias de la vida, me han llevado a hacer muchos amigos, del mismo modo me han llevado a quedar en la ruina cada septiembre. Yo no tengo nada en contra del día de amor y amistad, por el contrario me parece que ésta fecha nos brinda la posibilidad de expresar a nuestros amigos cercanos algunas cosas que normalmente no demostraríamos; el punto cruel del asunto es el popular juego del amigo secreto, que en muchas ocasiones no resulta siendo ni amigo, ni secreto.

Al menos así suele pasar en mayoría de colegios, empresas, y demás agrupaciones donde se lleva a cabo éste tormentoso rito acaba bolsillos, por más que reces y te encomiendes al mismísimo Hermes (Dios del azar), luego de desenrollar ese nudo de papelito la primera expresión de tu rostro se manifiesta en las arrugas de tu frente, y un susurro interno que dice… “¿Fabián?” o “¿Marcela?” o cualquier otro nombre que no consigues relacionar a ese grupo. Así que con mucho sigilo te dispones a acabar con la otra mitad del nombre del juego y entre dientes le preguntas a uno, que sí es tu amigo, “¿cuál es Fabián?”. Asunto acabado, el juego ha perdido totalment45e su razón de ser, el papel que tomaste hace unos minutos se convirtió en un pagaré, y luego de especificar el mínimo monto a pagar, no queda más queda mas que esperar que el día de la entrega, el portador de tu nombre salga con una sorpresa, y no con una sorpresita.

Otros vientos soplan cuando se juega en realidad entre amigos, es incluso económico porque sólo tienes que dar un regalo y todos quedan contentos, éste año con mi grupo de amigos de la U fue imposible jugar, aplazamos y aplazamos el juego hasta que se nos pasó la fecha, y pues ‘ya pa qué’ otro año vendrá cargado con las mismas fechas, ya tendremos otra oportunidad de empacar regalos y romper empaques.

A mis amigos lectores no puedo más que desearles que nunca pierdan el link a ésta página, y que rindan honores a este mes de septiembre haciendo mucho el amor y la amistad. Y eso si, no se mueran de amor.

Cambio y fuera

lunes, 27 de agosto de 2007

Aloz!

Si de comida típica se trata, yo adoro un buen plato de Cayeye con queso, y para no mentirles también he adorado, a raíz de mi ubicación los últimos cuatro años (Bucaramanga), un buen plato de Pepitoria o uno de Mute; y no es para menos, pues vivimos en un país tan rico en gastronomía como en flora, un país donde cada cien metros cuadrados encontramos un plato típico, un país colmado de creatividad culinaria, pero también un país que no conforme con sus cientos de recetas propias, ha adoptado algunas extranjeras.


O ¿qué me dicen del popularísimo arroz chino? ¿Acaso éste no hace parte ya de nuestro colectivo colombiano? ¿No hay más restaurantes chinos que fondas paisas? ¿No es mas conocido el mito del arroz con ratas que el de la madre monte? La universalidad de ésta comida en el territorio colombiano es evidente; vaya un cachaco a entender que es un bollo limpio, o un costeño a imaginar que el mute es algo más que un botón del control remoto, pero todos, absolutamente todos los colombianos manejamos con total propiedad y aceptación a la lumpia o al chop suey, y conocemos los nombres de todas las ciudades y pueblos orientales porque éstos fueron adoptados por los restaurantes de comida china que nos rodean, que como la tienda de la esquina, están presentes en cada barrio y localidad.

Recuerdo que alrededor de mis 15 años comí tanto arroz chino en una ocasión que quedé hastiado durante años, y apenas ahora lo he vuelto a asimilar, primero con un poco de prevención, pero luego con total naturalidad, no porque hubiera querido, si no por que me vi obligado, ya bastante trabajo me había dado ser estudiante universitario y a la vez detractor de la comida china, debe ser mas fácil trabajar en el pentágono y tener padres iraníes. Así pues, que una vez más he vuelto a ser cliente de esas cajas mágicas que esconden en su interior el doble de su volumen aparente; he vuelto a consumir esas absurdas cantidades de arroz con raíces, que siempre caen formidables un domingo para el almuerzo.

¡Viva la gastronomía colombiana! , ¡Viva la gastronomía china!, y de ser cierto… ¡vivan también las ratas chinas de criadero!

Boomerang

Seis meses después… (Como en las novelas q han perdido su rating) regreso para prometer, una vez mas, que postearé con mas frecuencia, y q las personas q gentilmente gastan unos pocos bits de su ancho de banda para ver las novedades de éste extraño no se vayan decepcionados por haber visto una vez mas aquel viejo y releído post sobre los payasos.


He vuelto como el boomerang y esta vez espero quedarme. También espero que me acompañen.


sábado, 24 de febrero de 2007

La vida es una escena

De niño nunca me gustaron los payasos, tampoco llegué a tenerles miedo, simplemente no me gustaban. Quizá porque nunca he visitado un circo; o de pronto porque algo muy dentro de mí veía en ellos el reflejo abstracto de una constante en mi vida, o probablemente de la vida de muchos.

Sólo Dios sabe cuál es verdadero sentimiento de un payaso, cuando con risas de colores, y ridículos tropezones, inunda de alegría a niños y adultos. Seguramente en un gran número de presentaciones, esa alegría que lo viste exteriormente también lo viste por dentro; pero en cuántas presentaciones está ausente de colores su corazón? No podemos determinarlo. Es probable que algunos días el maquillaje rinda menos, que sus carcajadas no sean más que lamentos disfrazados, y que en el fondo de sus enormes bolsillos un pequeño pañuelo esté siempre a la expectativa de esa ínfima lágrima dispuesta a desenmascararlo. Después de todo… ¿Quién quiere ver a un payaso triste?

Hace días observando la prensa me tomó por sorpresa un titular… ‘En medio de la función: Asesinan a dos payasos’. No puedo más que imaginar la negrura de la escena, la paradoja de la realidad, el desconcierto de los presentes, y el pobre final de dos héroes. Que tristeza da saber que vivimos en un mundo donde todo se resuelve por la vía mas corta, la menos efectiva y la más dañina. No sé que problemas tendrían esos personajes, pero cualesquiera que fueran, no merecían acabar así.


Coincidencialmente me encuentro leyendo un libro que a todos suena particular, ‘Opiniones de un payaso’ de Heinrich Böll, lo encontré en una minuciosa visita a la biblioteca, es bastante viejo, ya sus hojas son de un crema-marrón degradado, y expide ese raro olor a desuso. En realidad me parece que eso hace más convincente su nombre. La historia no transcurre en nuestra época, y por el autor pueden deducir que mucho menos en nuestra cultura, aun así es una reflexión grandiosa sobre la religión y la política (Quién lo creyera)

Ay payasos, payasos, cuándo podremos decirle al mundo lo que sentimos mas allá del encierro de un camerino o un cuarto, cuándo osaremos expresarnos mas allá de la sonrisa que todos quieren ver.

jueves, 8 de febrero de 2007

Una historia por crear, una vida por vivir.


Pasaron 40 semanas, 10 meses, casi un año, y Nicolás (mi sobrino) no quería salir del cálido vientre de su madre, como si de antemano supiera los compliques de la vida, y hubiera decidido retrasarla al máximo. Sólo los despistados se precipitan al mundo.

Una cesárea lo sacó de su tranquilidad original, un médico el 4 de febrero del 2007 lo hizo aterrizar en su nuevo mundo, al que él se presentaba con 52cm de longitud, y casi 3,5kg de peso. A partir de éste instante nada será como en los 10 meses previos a su nacimiento, en adelante tendrá que valerse de medios totalmente diferentes para vivir; tendrá que aprender a comunicarse, pasará por el colegio y aprenderá a escribir y a convivir, le costará hacer la ‘e’ al derecho, conocerá la historia, estudiará la geografía y las matemáticas y verá mil veces la estructura de la célula, sin poder recordar a los pocos años cual es la función de las mitocondrias.

Éste tierno bebé se acaba de presentar ante nosotros, ya se parece a todos y a ninguno, su cara cambiará con el tiempo, al parecer será mas alto que el redactor de éstas líneas. Su forma de ser será cultivada por sus padres, su familia y su sociedad; aunque algunas cosas en su temperamento y carácter, son inmodificables ya que vienen por disposición genética, el código de barras de la vida, los valores ‘por default’ de nuestra existencia.

De momento Nicolás está apenas reconociendo olfativamente (y de pronto visualmente) a su mamá y a su papá; ya extraña su presencia cuando no están. Qué curiosa es la relación padres-hijo nunca antes se habían visto pero desde entonces toda sus vidas giran ante un nuevo centro.

Los días pasaran como horas, y los años como días; dentro de poco Nicolás estará contándonos su historia, su apreciación de la vida; nosotros no podremos creer cuan viejos nos hemos vuelto en tan corto tiempo, mientras aquel bebé ejecuta sus sueños, quizá ya como un gran médico, o un magnífico abogado, de pronto como un brillante artista o un espléndido ingeniero. El tiempo lo dirá, Nicolás lo decidirá, y nosotros estaremos siempre atentos al desarrollo de una vida grande y gloriosa, una vida llena de gozos, triunfos y alegrías.

Felicidades, Guiomar Cormane; Felicidades, Luís Enrique Aranibar

sábado, 3 de febrero de 2007

Hay palabras que llegan, que motivan, que nos ponen a pensar. Hoy quiero compartir éste video que algún día vi, me hizo reír y también cuestionarme. Se llama Sunscreen (filtro solar). Disfrútenlo.

miércoles, 31 de enero de 2007

Sacando cuentas



Alguien me preguntaba hace unos días, qué tanto había aprendido en éstos siete semestres de carrera fuera de casa; no recuerdo bien lo que le dije, pero en todo caso fue sólo una respuesta corta, concisa, y de poca reflexión.

Poco después, en la intimidad que sólo nuestros pensamientos tienen, trataba de dar con una respuesta acorde a mi verdadera experiencia. Ya en el transcurso del séptimo semestre de mi carrera, ésta no es una pregunta insulsa, ni fácil de contestar. La verdad, en cuanto a la academia se refiere, no puedo decir que ya soy siete décimas partes de un ingeniero mecatrónico, esa no creo que sea la forma de medir cuan profesional sea alguien (con el tiempo hemos asimilado una particular definición de ‘profesional’: dícese de aquella persona que ha pagado 10 semestres o más y un derecho a grado en una universidad); tampoco puedo afirmar que la universidad no haya dejado hasta el momento muchas cosas en mi; sin lugar a dudas he adquirido conocimientos claves para el desarrollo de mis habilidades como futuro profesional (de los de verdad verdad, aunque no pueda decir una fecha, ni hacer una gran fiesta); pero más que conocimientos teóricos, puedo resaltar el gran cúmulo de lecciones prácticas que brinda el paso por la universidad, más aun cuando para ello debes trasladar tu vida a otra ciudad.

Vivir fuera y lejos de casa es elevar la vida al cuadrado, es descubrir el universo por cuenta propia; es agrandar el espíritu, y redimensionar nuestra visión del mundo. Sin darte cuenta dejas de pensar en primera persona, discutes contigo mismo, y te miras a los ojos frente al espejo; descubres que la conciencia existe, y que lentamente te conviertes en ella.

Tal vez no pueda medir en cifras cuanto he aprendido, ni cuanto me falta por aprender, pero me basta saber que al paso de tres años ya soy una persona diferente, para entender cuan valiosa ha sido toda esta experiencia.

martes, 9 de enero de 2007

Guácala!.. que rico

Hay cosas que son terriblemente desagradables, y otras que tienen una terrible reputación. Hoy visitaba a un par de amigas que son hermanas, y una de ellas preparaba algo en la cocina para la visita (no para mi, otra persona más visita que yo), revisó en la nevera, en las gavetas y en la despensa; al cabo del recorrido unas zanahorias, espinaca, y un par de limones esperaban por su fusión. Un caldo, pensé, pero no era así, un jugo era lo esperado por todos. La licuadora se encargó de darle un solo sabor a aquella ensalada; también un solo color, el de la espinaca. “Guácala”, dije, fue entonces cuando volví a tener cinco años y las palabras de mi mamá salieron por la boca de mi amiga, “por qué vas a decir que no te gusta si nunca lo has probado”, no logro catalogarlo del todo como una pregunta, tampoco como una acusación, pera sea lo que sea, tiene todo el sentido del mundo. Así que pasé saliva, tome aire, y me mandé una bocanada de este menjurje en la boca; fue como dar un paso pensando que hay un escalón y no lo hay, o como cuando intentamos levantar algo que creemos muy pesado y es mas liviano que el aire caliente; éste raro jugo verde monte era delicioso, y un vaso no fue suficiente para mí. Definitivamente nunca terminamos de conocernos.


sábado, 6 de enero de 2007

Al Tayrona



Nunca fui de muchos paseos, en casa no los hacían y tampoco nos dejaban ir ni a la esquina con personas ajenas a la familia, o sea que tampoco disfruté paseos organizados por mis amigos de cuadra, o paseos con amigos del colegio. Que si me gustaba salir de paseo?... Lo adoraba.

Hace apenas dos años que conocí el Parque Tayrona, uno de los más grandes atractivos turísticos de mi ciudad y de Colombia. Pasar unos días en esas playas no debe ser muy diferente de hacer una corta gira por el paraíso; sólo que en éste caso, no es necesario seguir la luz al final del túnel, sino tomar un bus intermunicipal en la plaza de mercado público de Santa Marta. Y en realidad es ahí donde empieza el paseo.

Son las siete treinta de la mañana y nos vamos de campamento, así que enormes maletines cargados de comida y ropa hacen parte de nuestra indumentaria; el bus no es muy amplio, y menos aun acogedor. Y hasta que no se llene, no arranca. Pagas los tres mil pesos correspondientes a tu recorrido, y entre zigzaguees, saltos, disculpas y empujones te ubicas en un puesto disponible al fondo del vehículo, y luego de un rato, cuando te empieza a invadir el olor de los bultos de cebollas que te tocaron de compañeros de viaje (y no es una metáfora) y cuando el bebé de brazos se aburre de llorar por el calor, el chofer de esa gran bola de hierro y hojalata echa primera y nos vamos. Enseguida una brisa gloriosa entra por las ventanas y se te olvida que venias recordando la profesión de la mamá del chofer.

Ya con los bolsos entre tus piernas sueltas los hombros y dejas caer tu cabeza hacia atrás; en instantes estas fuera de la ciudad, la brisa se hace cada vez mas fría, y muchos se rinden dormidos a ella. Sólo pasa una hora, y ya el clima es distinto, has atravesado unos tres o cuatro pequeños pueblos pero lo importante es que llegaste a un gran aviso de madera con fondo marrón y letras verdes que dice verticalmente: Parque Tayrona

Una minisonrisa se nos pinta en la cara, y luego de pagar nuestra entrada ($7000 nacionales, $21000 extranjeros), mostrar nuestros documentos de identificación y vacunas, y recibir nuestro brazalete de visitantes, nos montamos una vez mas a un carro colectivo, que nos acorta un gran trayecto de caminata, hasta donde éstos pueden llegar. En adelante todo va por cuenta de nuestros zapatos, pantorrillas y glúteos; en casos extremos en que llevemos muuucho equipaje, hay unos burros di$ponibles para cargar nuestras cosas hasta la zona de camping.

El viaje no es largo, y mucho menos disfrutando los verdes paisajes que te envuelven; siempre hay un flujo de viajeros en ambas direcciones, y así en los pulmones no quede aire para oxigenar un centímetro cúbico de sangre, siempre hay alientos para un saludo cordial hacia el grupo que viene de salida; pasados unos 45 mins (o 2 horas y media si vienes con tu suegra), llegas a Arrecife, una playa espectacular, con una gran zona de campamento, ranchos grandes templados con hamacas, y un parqueadero de burros a la entrada. Muy bonito todo pero éste no es nuestro destino, las playas de Arrecife tienen fuertes corrientes submarinas que a varios ‘valientes’ se ha llevado. Nos adentramos nuevamente en el verde, y caminamos sólo media hora más, hasta llegar a Cabo, nuestro objetivo.


No te cansas de ver tanta belleza natural junta. Así que después de pedir tus hamacas, o armar tu carpa, todo lo que resta es disfrutar. Y para el agotamiento de la caminata nada mejor que una buena siesta arrullado por el sonido del mar.

Con las piernas agradecidas y una rica sensación de libertad, te alistas para el debut en las ‘paradisíacas playas’ (un cliché nunca había sido tan bien usado). Y así luzcas una larga pantaloneta o un diminuto y llamativo rompeolas empiezas un lento recorrido hacia el interior del frío mar, y cada vez que la superficie se acerca mas a nuestro pecho más rápido respiramos, debe ser éste uno de los tantos rastros que quedan de nuestros instintos. Una vez sólo queda por fuera tu cabeza, conoces la paz. El día transcurre en ires y venires, en secadas y mojadas, y cuando la sal ya te pica, recoges tu toalla, tus chanclas, entras en las duchas comunitarias y el agua dulce asimismo se luce con su labor.

En el rancho donde están las hamacas, también hay un comedor lleno de sillas y mesas Rimax (de esas si no podemos escapar ni en el fin del mundo), ya la luna reina en el cielo y el lugar no puede ser mejor para compartir y conversar con tus compañeros, o cualquier otro viajero pernicioso. Y estando ahí en medio de esta densa fusión intercultural, escuchando carcajadas en todos los idiomas, respirando un aire con aroma a sal, a repelente, a sudor, y a carne oreada; y viendo a tantos nacionales y gringos empinarse una botella de Aguardiente Antioqueño (aclárese que acá en la costa es el único sitio donde hasta los más turcos son gringos), quien no se impregna de ese espíritu joven y mochilero que se escurre entre las hamacas y las carpas; que nos invita a conocer las culturas de los que vienen, disfrutan y se untan de la nuestra. Yo adoro este viaje, pero sé que no lo disfruto tanto como aquellos para los que todo es diferente y nuevo.

El día de regreso llegará, para entonces ya habremos reflexionado suficiente, nos habremos olvidado de la existencia de los celulares, y finalmente haremos el recorrido al revés pero con inevitable afán por regresar a casa, descansar del descanso, y zambullirse una vez mas de cabeza en la estresante vida real.

jueves, 4 de enero de 2007

Éste año si

“Éste año si me rebajo los treinta y cinco kilos que me sobran”, decía una vecina con una media sonrisa en su rostro, sus ojos miraban hacia abajo, como imaginando el nene sacrificio que le costaría conseguir aquella noble pretensión; y su cabeza mecía un suave no, como rechazando los intentos fallidos. En realidad creo que le sobran unos cuantos mas, y también creo que no va rebajar ni unito, pero bueno, estamos en los meses de los dedos cruzados, la época mas fértil de promesas en vano, y no porque nos guste prometer cosas que sabemos no vamos a cumplir, sino porque nos hace sentir mejor con nosotros mismos, y hasta con los demás.

Por supuesto, el arrepentimiento después de una larga faena de embarradas es mejor que cualquier droga que se haya inventado jamás, el cuerpo se deja llevar por este raro invento que estremece a cultos e ignorantes, a sanos y a enfermos, no discrimina a nadie, hasta los perros se ven cabizbajos, en algunos casos el inevitable llanto y moqueo son las primeras señas visibles de los efectos de éste narcótico navideño, pero luego como en un breve instante de conciencia los estimulados secan sus lagrimas, suenan sus mocos, y niegan con fuerza con la cabeza, entonces caen nuevamente en el trance, “este año que viene si…”, la siguiente frase hace alusión a cualquier fracaso que hayan tenido en el año y pretenden no cometer en el siguiente, el ámbito… todos son posibles, académico, sentimental, económico (éste en particular genera grandes dolores de cabeza durante el año venidero), familiar, en fin, cualquiera.




Luego entre los platos sucios de pavo o pollo, entre la primera lavada de la ropa nueva o la cuadringentésima de la recién remendada, volvemos a la realidad, pero todavía hay algo extraño que corre por las venas, y que nos motiva a ejecutar todos esos planes frutos del arrepentimiento; que bonito sentimiento, lástima que la cotidianidad, y la repetición de la repetidera, nos limpie de a poco el cuerpo, en cuestión de uno o dos meses caemos en letargo del día a día, la magia rara que nos motivaba se muere, y una vez mas tenemos que esperar que las luces, las guirnaldas, los comerciales, un burro y una vaca, vengan a recordarnos que el tiempo perdido no se recupera, y que lo único que queda luego de un par de latigazos de contrición (como dice la iglesia), es depositar nuestro ánimo en la esperanza de que la próxima docena de meses la sabremos aprovechar para llevar a cabo todos nuestros proyectos. Y tratar de conservar al menos un poco de esa sangre con mejor octanaje para el resto del camino; si alguien averigua cómo, por favor comuníquenlo.

A llevar un Blog!

Nunca tuve un diario; fotografías, muy pocas; e intenciones de llevar un historial de recuerdos menos aun. No porque no hubiera buenos momentos que recordar, sólo porque nunca me lo había propuesto.

Hoy es apenas 4 de enero del 2007, y entre las cosas nuevas que quería realizar a partir de éste año, llevar un blog es una de ellas. Espero no caer en el intento, pienso que de una u otra forma, me estaré escribiendo para el futuro, para luego sorprenderme con pensamientos tan profundos que escribía en el pasado, o para reírme a carcajadas con las vainas descabelladas que escribía en aquel entonces; así que viéndolo desde ese punto de vista... no tengo nada que perder.

En realidad no soy ni medianamente experimentado en éste tema de blogs y que tales, pero haré mi mejor esfuerzo para entretenerme, y entretenerte también, si se te safaron los mismos tornillos que a mi.

así pues, que aquí voy