sábado, 6 de enero de 2007

Al Tayrona



Nunca fui de muchos paseos, en casa no los hacían y tampoco nos dejaban ir ni a la esquina con personas ajenas a la familia, o sea que tampoco disfruté paseos organizados por mis amigos de cuadra, o paseos con amigos del colegio. Que si me gustaba salir de paseo?... Lo adoraba.

Hace apenas dos años que conocí el Parque Tayrona, uno de los más grandes atractivos turísticos de mi ciudad y de Colombia. Pasar unos días en esas playas no debe ser muy diferente de hacer una corta gira por el paraíso; sólo que en éste caso, no es necesario seguir la luz al final del túnel, sino tomar un bus intermunicipal en la plaza de mercado público de Santa Marta. Y en realidad es ahí donde empieza el paseo.

Son las siete treinta de la mañana y nos vamos de campamento, así que enormes maletines cargados de comida y ropa hacen parte de nuestra indumentaria; el bus no es muy amplio, y menos aun acogedor. Y hasta que no se llene, no arranca. Pagas los tres mil pesos correspondientes a tu recorrido, y entre zigzaguees, saltos, disculpas y empujones te ubicas en un puesto disponible al fondo del vehículo, y luego de un rato, cuando te empieza a invadir el olor de los bultos de cebollas que te tocaron de compañeros de viaje (y no es una metáfora) y cuando el bebé de brazos se aburre de llorar por el calor, el chofer de esa gran bola de hierro y hojalata echa primera y nos vamos. Enseguida una brisa gloriosa entra por las ventanas y se te olvida que venias recordando la profesión de la mamá del chofer.

Ya con los bolsos entre tus piernas sueltas los hombros y dejas caer tu cabeza hacia atrás; en instantes estas fuera de la ciudad, la brisa se hace cada vez mas fría, y muchos se rinden dormidos a ella. Sólo pasa una hora, y ya el clima es distinto, has atravesado unos tres o cuatro pequeños pueblos pero lo importante es que llegaste a un gran aviso de madera con fondo marrón y letras verdes que dice verticalmente: Parque Tayrona

Una minisonrisa se nos pinta en la cara, y luego de pagar nuestra entrada ($7000 nacionales, $21000 extranjeros), mostrar nuestros documentos de identificación y vacunas, y recibir nuestro brazalete de visitantes, nos montamos una vez mas a un carro colectivo, que nos acorta un gran trayecto de caminata, hasta donde éstos pueden llegar. En adelante todo va por cuenta de nuestros zapatos, pantorrillas y glúteos; en casos extremos en que llevemos muuucho equipaje, hay unos burros di$ponibles para cargar nuestras cosas hasta la zona de camping.

El viaje no es largo, y mucho menos disfrutando los verdes paisajes que te envuelven; siempre hay un flujo de viajeros en ambas direcciones, y así en los pulmones no quede aire para oxigenar un centímetro cúbico de sangre, siempre hay alientos para un saludo cordial hacia el grupo que viene de salida; pasados unos 45 mins (o 2 horas y media si vienes con tu suegra), llegas a Arrecife, una playa espectacular, con una gran zona de campamento, ranchos grandes templados con hamacas, y un parqueadero de burros a la entrada. Muy bonito todo pero éste no es nuestro destino, las playas de Arrecife tienen fuertes corrientes submarinas que a varios ‘valientes’ se ha llevado. Nos adentramos nuevamente en el verde, y caminamos sólo media hora más, hasta llegar a Cabo, nuestro objetivo.


No te cansas de ver tanta belleza natural junta. Así que después de pedir tus hamacas, o armar tu carpa, todo lo que resta es disfrutar. Y para el agotamiento de la caminata nada mejor que una buena siesta arrullado por el sonido del mar.

Con las piernas agradecidas y una rica sensación de libertad, te alistas para el debut en las ‘paradisíacas playas’ (un cliché nunca había sido tan bien usado). Y así luzcas una larga pantaloneta o un diminuto y llamativo rompeolas empiezas un lento recorrido hacia el interior del frío mar, y cada vez que la superficie se acerca mas a nuestro pecho más rápido respiramos, debe ser éste uno de los tantos rastros que quedan de nuestros instintos. Una vez sólo queda por fuera tu cabeza, conoces la paz. El día transcurre en ires y venires, en secadas y mojadas, y cuando la sal ya te pica, recoges tu toalla, tus chanclas, entras en las duchas comunitarias y el agua dulce asimismo se luce con su labor.

En el rancho donde están las hamacas, también hay un comedor lleno de sillas y mesas Rimax (de esas si no podemos escapar ni en el fin del mundo), ya la luna reina en el cielo y el lugar no puede ser mejor para compartir y conversar con tus compañeros, o cualquier otro viajero pernicioso. Y estando ahí en medio de esta densa fusión intercultural, escuchando carcajadas en todos los idiomas, respirando un aire con aroma a sal, a repelente, a sudor, y a carne oreada; y viendo a tantos nacionales y gringos empinarse una botella de Aguardiente Antioqueño (aclárese que acá en la costa es el único sitio donde hasta los más turcos son gringos), quien no se impregna de ese espíritu joven y mochilero que se escurre entre las hamacas y las carpas; que nos invita a conocer las culturas de los que vienen, disfrutan y se untan de la nuestra. Yo adoro este viaje, pero sé que no lo disfruto tanto como aquellos para los que todo es diferente y nuevo.

El día de regreso llegará, para entonces ya habremos reflexionado suficiente, nos habremos olvidado de la existencia de los celulares, y finalmente haremos el recorrido al revés pero con inevitable afán por regresar a casa, descansar del descanso, y zambullirse una vez mas de cabeza en la estresante vida real.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Excelente redacción Joselito, sabes que tienes el don de la palabra y lo sabes explotar,te felicito. Lo leí completico y describes la experiencia con sus sensaciones como son. Simplemente excelente.

gaira vip dijo...

PARQUE TAYRONA

El precio incluye:

• Alojamiento en el sector seleccionado
• Desayuno
• Almuerzo
• Cena
• IVA de alojamiento
• IVA de alimentación

Valor por persona 4 Noches 5 Dias en Ecohab ubicado en cañaveral cama doble $1.120.000
Valor transporte de dos personas aeropuerto Parque Tayrona aeropuerto $180.000

Valor tiquete aereo Santa Marta Bogota Santa Marta por persona incluye impuesto de la gasolina $490.000 puede variar en el momento de la reserva.


SECTOR ARRECIFES EN CABAÑAS

Valor por persona 4 Noches 5 Dias en cabaña ubicada en arrecifes a una hora caminado desde cañaveral en cama doble $630.000.

Impuesto administrativo $20. 000 por persona
Boletos de entrada al parque $21.000

Las Vacunas: El visitante debe vacunarse contra la fiebre amarilla, mínimo 10 días antes del viaje, y deberá presentar el carné vigente al ingreso del área protegida


MAURICIO ROBAYO
GAIRA V.I.P
WWW.GAIRAVIP.COM