miércoles, 10 de octubre de 2007

Y ya van diez

Un año es muy corto; sus tres letras no nos permiten desperdicios de tiempo, aunque finalmente encontramos la forma de hacerlo. A éste que va corriendo, ya se le quemaron un par de letras, apenas hoy me di cuenta que vamos en el mes 10 de los 12, parece que ya no pude hacer algunas cosas que pretendía ésta docena de meses, sin embargo hice otras que no estaban en mi agenda y de las que recibí grandes experiencias, buenas o malas, pero experiencias que me servirán de manual de bolsillo para el futuro.

Sin embargo no podemos decir desde ya ‘apague y vámonos’ todavía queda un cachito de año, quizá lo que quede sea ese copetico que tiene sobre la ‘n’ y que lo diferencia de otra palabra un poco indecorosa, pero queda alguito y toca sacarle el jugo a ese rizo ( ̃ ) para hacer cuanto podamos y no tengamos que anexar nuevamente unos objetivos repasados y repasados a la lista del siguiente año.

Yo por mi lado creo que tendré que llevarme las panderetas a la universidad, nos anexaron una materia al pensum que ahora me toca ver en un vacacional que termina el 20 de diciembre, si, que tristeza, y yo tan lejos de mi casa, y ‘pa rematar’ sólo, porque para ese entonces todos mis roommates ya habrán regresado a sus tierritas para compartir con sus familias; es una pena, pero prefiero no amargarme desde tan temprano, llegará el día y entonces mi post de Olafo.

Muchos ya se resignaron a que lo que no hicieron ya no se pudo, ‘esa platica se perdió’, dicen. Pero por mi lado creo que todavía se pueden conseguir algunas cosas, quizá no acabemos con la contaminación mundial, o con la parapolítica que al parecer es más difícil, pero sí se pueden sacar adelante algunos proyecticos que nos dejen un leve pero definido sabor dulce en los labios, quizá lo consigas con pintar las viejas y arañadas paredes de tu cuarto, o arreglar la pobre y prisionera bicicleta que se encuentra amarrada en el garaje (para usarla, que aunque parece obvio, no sobra decirlo), o simplemente echarle ganas a esa materia que parece perdida y tratar de levantarla así sea con grúa.

Acepten mi consejo, no se echen tan temprano a la pena, disfruten ese último sorbo de su jugo preferido, esa última cucharada de postre anual, quizá descubran por accidente, el ingrediente secreto de ese manjar.

Gracias por la visita, y que vuelvan pronto.

(Foto de peter del profile shotmeshotyou de flickr)

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